divendres, de juliol 02, 2010

Bajo el vértigo de su piel.


DSC03739 - Horizontes de piel

Hasta que la ceniza
no alcanza el cuarto cigarro
no hablamos.
Pero tras notar el fin de su vicio
un gran boquete -abriéndose
hacia dentro de mi alma-
pliega la bóveda de humo
y una raya de amanecer
se marca en sus labios.
La noche nos empuja
altos, muy altos...,
y una pulsación orgánica
me pierde en su horizonte más oscuro;
bajo el vértigo de su piel.


Imagen de Antonia López, Horizontes de piel.

1 comentari:

pepa mas gisbert ha dit...

Cuanto deseo encerrado en el humo de un cigarro, o de cuatro, y en la señal que deja en el alma y en la piel.

Un abrazo